Capítulo 73
Chicas, no sé vosotras, pero yo me he quedado así O_O cuando lo he terminado de leer. Es un poco más corto debido a la falta de tiempo. Espero que os guste aunque a mí me ha dejado muerta... Muakas!
-Eva
Capítulo
73
Me
llevé la mano al cuello casi instintivamente. Dolía pero sabía que
desaparecería pronto. Abrí los ojos con cuidado por la luz, pero a
diferencia de otras veces, no había un solo rayo que me hiciese
cerrarlos de nuevo. ¿Era aún de noche? No, era la habitación de
Tom. Las cortinas seguían echadas y la lámpara apagada. El cuarto
estaba oscuro, casi tanto como su alma.
Estiré
el brazo y ahí estaba, su piel fría como el hielo provocándome
escalofríos como otras tantas veces. Estaba dormido o muerto, o
quizás ambas pero no podía distinguirlo tan fácilmente. Tom era
ese tipo de personas que cuando duermen parecen otro ser
completamente distinto. Pues bien, Tom cuando estaba así era el
hermano que creí desaparecido, mi Tommy,... Sin embargo, cuando
despertaba, se convertía en una bestia.
Apenas
podía recordar con claridad qué pasó después de que Tom me
mordiera. Suponía que me había desmayado. ¿Cómo había sido capaz
de llegar a ese punto? ¿Y si era verdad que Tom estaba enfermo? Por
mucho que intentase comprender qué le había llevado a beber mi
sangre como si llevase años sin beber nada, no podía hacerlo. Yo
había estado llorando como una magdalena delante de él, Tom sabía
que algo no iba bien pero aun así, no le importó para saciarse como
si nada.
Millones
de dudas asaltaron mi cabeza de pronto. No sabía si realmente podía
confiar en Tom o creer a Jan y a la doctora Bichmann como parecía
que habían hecho todos... Incluso Bill. Su actitud de ayer era tan
diferente a como se comportaba conmigo que me hizo sospechar de él
pese a que sabía que era una tontería desconfiar de mi querido
Bill, ¿verdad?
Me
moví un poco y me acurruqué en el pecho desnudo de Tom. Me hubiese
gustado sentir los latidos de su corazón como una vez me pareció
escuchar pero no oía nada, ni siquiera algo que me dijese que
continuaba vivo. O eso creía...
Su
mano se movió hasta mi cabeza y comenzó a acariciar mi pelo como
hacía de pequeño. Eso me relajaba, me sentía protegida pero sabía
que esas sensaciones eran mayores para él. Tom había estado tan
solo durante su infancia que tener a alguien cerca le parecía
extraño, razón por la cual su comportamiento era tan agresivo.
Debía de ser duro que con la tierna edad de cinco años, cualquiera
que se acercase a ti fuese para pegarte por haber hecho algo mal.
El
corazón se me encogió de sólo pensarlo y Tom pareció darse
cuenta.
-¿Qué
pasa?- Preguntó con la voz ronca de recién levantado.
-Me
gustaría estar dentro de tu cabeza aunque sólo fuese un par de
segundos.- Contesté mientras las incesantes caricias recorrían mi
pelo.
-No
podrías soportarlo.- Contestó. Lo peor era que sabía que tenia
razón. Si sólo pudiese arrancar todo el dolor que llevaba sobre sus
hombros, sentiría que era útil de algún modo para él.
-Voy
a protegerte.- Declaré, alzando mi cabeza para alcanzar sus ojos.-
No dejaré que nadie te haga daño de nuevo.- Él sonrió, una
sonrisa triste que rompía mi corazón en mil pedazos.
-Prefiero
que te protejas a ti primero.- Su mano se posó en mi mejilla y la
acarició con el pulgar mientras sus ojos penetraban en mi alma.
-No
estamos solos, Bill, mamá y Gordon están de nuestro lado.- Quise
animarlo pero sólo hice que su actitud cambiase.
-Los
enemigos no son los que sostienen sus espadas contra ti, sino los que
permanecen a tu lado con los puñales tras sus espaldas.- ¿Qué
quería decir eso?
-¿Significa
que no puedo fiarme de nadie?- Tom sonrió de nuevo, esa sonrisa
tétrica que podría congelarte en cuestión de segundos.
-Significa
que tengas cuidado, Lilith.- De un movimiento veloz consiguió
ponerse sobre mí. Su dedo índice empezó a descender desde mi
cuello hasta mi barriga y se detuvo ahí. Su mirada se volvió fría
y sus ojos rojos como el fuego.- Incluso el demonio fue ángel una
vez.- Me mordió. Me mordió tan fuerte que grité pero su mano me
acalló. Estaba bebiendo mi sangre de nuevo, la sangre de mi vientre.
Iba
a desmayarme otra vez, lo sentía, pero en ese instante Tom paró.
Sus ojos rojos y su boca chorreando sangre retrataban al monstruo al
que estaba acostumbrada. Ambos nos quedamos callados, él con la
respiración agitada y yo perpleja ante el recorrido de aquel líquido
rojo por su torso.
Ahí
estaba, el demonio que una vez fue un ángel en su máximo esplendor.
Tom era el resultado de una vida llena de dolor, golpes y gritos por
eso él se comportaba de esa forma, porque era la única que conocía.
Tom no estaba loco, estaba roto, tan roto que encontrar las piezas
para recomponerlo era tan difícil como revivir a los muertos.
-Tom...-
Dejé escapar cuando sus ojos volvieron a su color natural.- ¿Por
qué aquí?- Puse la mano en mi barriga justo encima de donde él
había mordido, llenando mis dedos de sangre.
-Es
el único sitio que se corrompió por mi culpa.- Dijo aún con la
vista perdida.- Algo mío estuvo ahí y lo volvió impuro.- Estaba
hablando de nuestro monstruito.
-Te
equivocas, es el sitio más sagrado de mi cuerpo.- Me miró después
de un largo tiempo, cansado, triste o tal vez lleno de miedo.
-El
hijo de Eva... es mío también, Lilith.- Parecía perdido en algún
lugar de su mente, un lado oscuro y oculto de todo el mundo.- Voy a
ser padre y mírame.- Alcancé con mis dedos su rostro. ¿Por qué
parecía que iba a romperse entre mis manos?- ¿Qué clase de padre
voy a ser? ¿Cómo le diré a ese niño que no haga cosas malas
cuando soy yo el primero que las hace? ¿Cómo un perturbado como yo
puede ser padre?- Tom estaba preocupado por ese niño. Él mismo le
había llamado así pero el nuestro había sido un monstruito, nunca
le escuché llamarlo de otra manera.
-Serás
un buen padre, Tom.- Quise levantarme pero no pude. Presionó con más
fuerza mi cuerpo contra la cama.- Tom...- Dije, intentado que se
apartarse.
-¿Te
enfadas al escucharme hablar de Eva?- Preguntó sonriendo.
-No.-
Respondí seca.
-Vamos,
Lilith... No te dicho nada que no supieras.- ¿Se estaba burlando de
mí? ¿Cómo podía pasar de un humor a otro en una milésima de
segundo?
-No
estoy de humor para tus tonterías.- Él resopló y se echó a un
lado, liberándome de su peso.
-Lo
siento.- Dijo, dejándose caer en la cama de nuevo mientras miraba al
techo. Pedir disculpas se había vuelto algo natural para él...
-No,
perdóname.- Me senté en la orilla de la cama, dándole la espalda.
Me dolía el vientre por la mordida de Tom, un dolor parecido al que
sentí cuando estaba perdiendo a mi monstruito. ¿Estaba perdiendo a
Tom también?- Me hubiese gustado ser la mujer que te diese un hijo y
que pasara el resto de su vida contigo.- ¡Maldita sea! Yo no iba a
ser esa mujer y pese a que intentaba no pensar en ello, no podía
evitar sentirme mal.
-Es
mi culpa, yo dejé que esto pasará.- Me miré la mano aún llena de
mi sangre. No quería hablar de esto ahora.- Pensé que la mejor
forma de que no me rompieran el corazón era pretender que no tenía
uno. Me equivoqué.- Me volví a mirarlo. Se estaba sincerando de
nuevo conmigo.- Pensaba que si me unía a Eva y tú te casabas con
Louis ambos conseguiríamos seguir adelante. El problema es que no
pude dejarte ir y por mi culpa estás envuelta en esto de nuevo.-
Cerró los ojos, volviéndose vulnerable mientras mi corazón se
encogía al escuchar sus palabras.- Soy un egoísta de mierda que te
necesita. Juré protegerte, Lilith, pero realmente no sé qué hacer.
Es la primera vez que me pasa. Las cosas no están yendo como planeé
y tengo miedo.- ¡¿Había dicho que tenía miedo?!
-¿De
qué?- Pregunté con los ojos llenos de lágrimas.
-De
que te vayas si sabes la verdad.- Me levanté de la cama. Realmente
quería irme.
-¿Qué
verdad?- Pregunté aunque sabía que no iba a responderme.
-No,
Lilith. Es suficiente por hoy.- Respondió resignado.
-Prefiero
la verdad a que me mientas y me ocultes cosas.- Abrí la puerta y me
fui, con un lío de sensaciones metidas en mi cuerpo.
Todos
los que custodiaban la puerta se quedaron mirándome impresionados.
Mi barriga seguía sangrando y todos se estaban volviendo casi locos
por el olor de mi sangre. Quería volver con Tom pero no podía.
Quería hacerle saber que mentirme no era la solución para
mantenerme a su lado.
-Se...
Señorita.- Me llamó Gustav con los ojos rojos.- Tiene que salir de
aquí.- Y eso quería pero mi cuerpo estaba congelado.
-Deja
que la acompañe.- Uno de los que guardaban la puerta de Tom se
acercó a mí. No parecía exaltado como los otros así que le seguí.
Todos
hablaban de como mi sangre tenía un sabor y un olor especial pero
hasta ahora no lo había visto con mis propios ojos. No debía de ser
tan dura con Tom, él también sentía esa necesidad imperiosa de
beberla...
-Señorita
Kaulitz, déjeme ayudarla.- Se volvió hacia mí y me mordió. Ni
siquiera me di cuenta de lo rápido que fue, sólo sentí un fuego
abrasador que nacía en mi cuello y recorría todo mi cuerpo. Era un
dolor fortísimo pero podía soportarlo.
¿Por
qué no lo alejaba? ¿Por qué no me defendía? No tenía fuerzas, ni
ganas. No tenía motivos para luchar por mi vida... Sentía que
aunque Tom me hubiese confesado sus sentimientos, seguía habiendo
una barrera entre nosotros. Nunca llegaría a conocer al cien por
cien quién era él o en qué pensaba cuando no decía nada. Lo
cierto era que acercarme mucho a Tom me daba miedo, miedo de no poder
alejarme nunca jamás.
El
fuego cesó pero el dolor permanecía. Abrí los ojos con la
esperanza de estar muerta ya pero por desgracia, no lo estaba. Sus
ojos verdes se clavaron en los míos, preocupados y alarmados al
mismo tiempo. Entre sus manos, aquel ser inmundo que me había
mordido casi llorando mientras suplicaba por su vida.
-¿Estás
bien?- Preguntó. Asentí débilmente sin apartar la mirada de él.
Agarró
a ese tipo por los hombros y en un visto y no visto, metió su mano
en el pecho y le arrancó el corazón ante sus ojos. No dudó ni un
segundo en enseñárselo a su víctima antes de que éste
desapareciera convertido en un gran charco de sangre.
No
podía creer lo que había visto. Era la primera vez que presenciaba
la muerte de un vampiro y era horrible. Sin embargo, no me inmuté ni
un segundo. Me llevé la mano al cuello, ese malnacido me había
mordido en el mismo sitio en el que lo había hecho Tom anoche.
-Lilith...-
Lo miré aún metida en mis pensamientos.- Ven, tienes que
cambiarte.- Jan me agarró de la mano y me guió por el pasillo.
Su
tacto era suave, ni siquiera apretaba mi mano cuando la sujetaba. Me
abría paso por el pasillo y las escaleras pese a que yo era incapaz
de dar un paso sin que me temblasen las piernas. Él parecía haberse
dado cuenta ya que no iba para nada rápido. ¿Qué estaba haciendo?
¿Por qué seguía al hombre que le había arrebatado a Tom el
liderazgo? No lo sabía pero una parte de mí gritaba ansiosa que lo
hiciese.
Entramos
en su despacho, bueno, el despacho de Tom. Los muebles habían sido
cambiados de sitio, los colores de las cortinas eran más brillantes
y la luz parecía hacer acto de presencia en todos los rincones.
-Toma.-
Me tiró una toalla para que la cogiera pero está cayó a mis pies.
No tenía fuerzas para levantar los brazos, es más, creía que me
caería en cualquier momento.- Déjame ayudarte.- Recogió la toalla
del suelo y comenzó a secar la sangre de mi cuello, lenta y
suavemente.
No
podía apartar mis ojos del verde de los suyos. Pensaba que el color
que distinguía a los Kaulitz del resto de vampiros era el miel de
nuestras pupilas. Sus ojos se encontraron con los míos y entonces lo
sentí. Una pequeña descarga en mi corazón que contrajo todos los
músculos de mi cuerpo incluso los que pensaba que no tenía. Nos
quedamos así quizá por unos cuantos segundos... ¿O fueron minutos?
No recordaba nada, salvo el color verde invadiendo hasta el rincón
más oculto de mi cuerpo, el cual se paralizó.
-¡Lilith!-
La puerta del despacho se abrió de golpe y él entró, seguido de
unos cuantos hombres que querían retenerlo pero que eran incapaces
de controlar a Tom.
-Tom...-
Susurré. Parecía nervioso y exaltado. Le faltó tiempo para correr
hasta mí y agarrarme por los hombros para mirar todo mi cuerpo.
-¿Estás
bien?- Preguntó Tom. Asentí casi sin fuerzas.- ¡Maldito hijo de
puta!- Salió casi disparado de mi lado y agarró a Jan por la
camisa.- ¡Te mataré y lanzaré tu puto cadáver a Markus!- La mano
de Tom se puso en su pecho tal y como Jan había hecho con el que me
mordió. No sé de dónde saqué fuerzas pero corrí como nunca y
agarré la mano de Tom antes de que atravesara el pecho de Jan.
-¡No,
Tom!- Él me miró con los ojos muy abiertos, incapaz de creer lo que
estaba viendo.- ¡Él me salvó de ese tipo!- Tom me miró achinando
los ojos, en otro duelo de miradas que estaba dispuesta a ganar.- Por
favor...- Le supliqué. Empujó a Jan con desprecio y volteó,
dándome la espalda.
-Jamás
mordería a Lilith como si fuera un monstruo...- Dijo Jan con una
sonrisa en sus labios. Posiblemente ya sabría que las otras
mordeduras de mi cuerpo me las había hecho Tom.
-Más
te vale porque de lo contrario ya estarías muerto.- Respondió Tom
con los puños apretados. Tenía miedo porque sabía que Tom podría
saltar en cualquier momento.
-¿Sabes
que está prohibido beber la sangre de Lilith, verdad?- Preguntó
Jan. Mi hermano se dio la vuelta casi como una fiera.
-Me
bebo su sangre y luego me la follo. ¿Tienes algún problema con
eso?- Dijo Tom con sarcasmo. ¡¿Cómo podía haber dicho eso delante
de él?! ¡¿No era un secreto?!
-Vaya...-
Dijo Jan por lo bajo.- Eres muy malo, llamarte Satán es un insulto.-
Dijo riéndose. Tom lo imitó aunque su sonrisa era el primer signo
antes de explotar.
-No
hay nada prohibido en eso, Lilith y yo aún estamos vinculados.-
¡¿Qué?! Miré a Tom impresionada pero él ni siquiera me vio. Él
y Jan estaban envueltos en un duelo silencioso del que no estaba
segura quien ganaría.
-¿Cuándo
le vas a dar los papeles al Consejo?- Preguntó Jan.
-¿Quieres
saberlo?- Dijo Tom con sarcasmo. Rodeó el escritorio y se sentó en
la que siempre había sido su silla.- Cuando me salga de la punta de
la polla.- Nuestro primo contrajo el rostro, las palabras de Tom
podían sobrepasarse más de la cuenta algunas veces.
-Eva
está a punto de dar a luz a tu hijo, Tom. Si ese niño nace antes de
que la Unión se haya llevado a acabo, no podrá ser tu heredero.-
¡¿Cómo?! Por eso Tom no se había unido a Eva todavía, porque él
y yo seguíamos vinculados.- ¿No decías que todo lo relacionado con
Lilith te daba asco?- Miré a Tom sorprendida. ¿Lo había dicho
debido a su plan para que nadie supiese lo que había entre nosotros?
-Y
me da asco pero su sangre es jodidamente buena y la necesito ya que
no me fio de la que tus lameculos me dan.- Eso explicaba los vasos de
sangre en su habitación...
-Entrega
los papeles y rompe el Vínculo de una vez.- Dijo Jan cambiando tanto
el tono de su voz como la expresión de su rostro.
-¿Por
qué?- Respondió mi hermano con un tono divertido aún.
-¡Porque
soy tu líder!- Jan perdió los papeles, dando un grito atronador que
me hizo estremecerme. Tom comenzó a reírse como un histérico
mientras Jan respiraba agitado y con los ojos rojos.
-Jan,
Jan, Jan... -Su sonrisa cesó a la vez que se levantaba del sillón,
posaba ambas manos en la mesa y miraba fijamente a nuestro primo.- Un
líder no necesita decir que lo es.- La mesa se partió bajo sus
manos, haciendo que tanto Jan como yo retrocediéramos.- Vamos.- Tom
dio la vuelta al escritorio, me agarró de la mano y me sacó de
allí.
El
cuerpo aún me temblaba cuando los guardias agarraron a Tom de ambos
brazos. Él me soltó resignado sin apartar la mirada de mí. Sabía
que él podía librarse de ellos perfectamente pero no estaba
haciendo nada para conseguirlo.
-Tom...-
Alargué el brazo para tocarlo pero se lo llevaron antes de que
pudiera hacerlo. Quería llorar, estaba mareada y tenía ganas de
vomitar. No me encontraba bien pero desconocía el motivo exacto.
-Tapa
las herida, Lilith.- Asentí antes de que desapareciera por el
pasillo para estar de nuevo encarcelado en esa habitación oscura.
Caí
sobre mis rodillas, perdiendo todas las fuerzas que me quedaban y
comencé a llorar. ¿Por qué me dolía tanto el pecho si mi corazón
estaba muerto? Era incapaz de ayudar a Tom, sólo de meterme en
problemas que no lo favorecían en nada. Y Eva... Ella estaba a punto
de tener a su hijo, al heredero de Tom mientras que él se aferraba a
mí sin que eso le beneficiara en absoluto. ¿Por qué no había
entregado los papeles de la disolución? ¡Seguíamos Vinculados!
-¡Lilith!-
Bill pareció de la nada y se puso de cuclillas frente a mí. No
tardé en lanzarme a sus brazos y llorar como nunca.- ¡Dios, Lilith!
¡¿Qué ha pasado?!- Me separó de él y observó mi cuerpo bañado
en sangre.- ¡¿Te ha hecho esto Jan?!- Negué con la cabeza mientras
los hipidos seguían saliendo de mi garganta.- Vamos...- Me ayudó a
levantarme y caminamos sin saber a dónde íbamos. Seguía teniendo
ganas de vomitar...
Cuando
me di cuenta, estaba en frente de la puerta del sótano de dónde lo
había visto salir. Había algo que me empujaba hacia su interior.
Todo estaba tan oscuro como lo recordaba, ese ambiente tan extraño
seguía ahí y yo me veía envuelta en él.
Bill
abrió la puerta y unos cánticos en un idioma que no entendía
cautivaron mis oídos. Había gente con capas y capuchas negras, con
las manos alzadas y recitando algo ante un enorme atril de cristal.
Todo estaba oscuro salvo por velas enormes que rodeaban la
habitación.
Todos
se volvieron a mirarme, puede que por el olor de mi sangre, la cual
empezaba a escurrirse por mis piernas. Los cánticos se detuvieron y
los ojos rojos de aquellas personas era lo único que podía ver.
Las
rodillas de los encapuchados tocaron el suelo, al igual que sus
cabezas. Di un paso atrás pero Bill me sostuvo. ¿Qué era todo
esto?
-Mi
señora.- Una voz femenina resurgió de entre las personas que se
arrodillaban. Se apartó la capucha negra, dejándome ver a una mujer
de pelo negro largo y unos ojos del mismo color que me miraba
sonriente.- Perdone que la hayamos asustado.- Miré a Bill, esperando
que éste me diese alguna explicación pero salvo una sonrisa, no
obtuve nada más.
-Anja,
Lilith está sangrando. ¿Podrías ayudarla?- La mujer asintió. De
repente, dejé de sentir las manos de Bil sobre mis hombros. Me
volteé pero él ya había desaparecido.- Angela, trae algunas gasas,
y tú, Lila, trae una 0 negativo para la señora.- Dos personas
salieron corriendo al instante.
Ella
dio un paso al frente pero yo retrocedí de inmediato. No podía
fiarme de alguien a quien no conocía y mucho menos cuando todo mi
cuerpo estaba bañado en sangre. Sin embargo, había algo en ella que
me decía que podía confiar. No estaba segura de si era su sonrisa o
el ambiente tan extraño al que estaba expuesta.
-Aquí
tiene, madre... ¡Digo, Señora!- A la chica, la cual supuestamente
se llamaba Lila, le temblaban tanto las manos que la sangre salpica
fuera del vaso.
-Déjeme
ver las heridas, Señora.- Cogí el vaso de aquella chica y me lo
bebí de un trago. Necesitaba más sangre, un vaso no era
suficiente.- Trae más.- La chica salió disparada a por más
mientras mis ansias por aquel líquido rojo iban en aumento.- Voy a
levantarle la camiseta, Señora.- Asentí y Anja levantó con cuidado
aquel trozo de tela empapado de mi sangre. Un quejido de dolor se
escapó de mi garganta. Estaba pegado a mi piel y dolía demasiado
cuando el simple aire rozaba la herida.- Tendré cuidado.- La segunda
chica vino con vendas y un tarro con algún mejunje para limpiarla.
-¿Quiénes
sois?- Me atreví a preguntar.
-Servidoras
de la Madre.- Me quejé cuando ese líquido entró en contacto con mi
piel.
-No
entiendo.- Respondí mientras intentaba controlar el dolor.
-Somos
sacerdotisas de Lilith.- La miré extrañada a la vez que ella seguía
limpiando la herida de mi vientre, dejando al descubierto los
colmillos de Tom.- ¡Vaya!... Es profundo.- Dijo sorprendida.
-¿Qué
hacéis aquí?- Quería saber más sobre ellas, porque de alguna
manera me sentía conectada a este sitio o tal vez fuera porque la
mujer de mis sueños me había dicho que viniese al sótano.
-Rezar,
Señora- Sus ojos se encontraron con los míos.- Rezar es todo lo que
podemos hacer ahora.- Su atención volvió a su trabajo, dejándome
perdida en un nuevo sin sentido.
-¿Todos
saben que estáis aquí?- Ella sonrió, confirmando mi pregunta. ¿Qué
era todo esto? ¿Por qué nadie me había dicho que había
sacerdotisas de Lilith? Aunque en realidad no debería de extrañarme.
Los vampiros le rendían culto a ella así que, como en toda
religión, debía tener una guías espirituales.
-Iros,
yo me encargo.- Todas las personas se bajaron las capuchas y se
arrodillaron en el suelo de nuevo antes de irse. Me fijé que todas
de ellas eran mujeres y que bajos esas largas capas estaban
desnudas.- Su vientre es una fuente de vida.- Dijo casi embelesada
cuando puso la venda en mi barriga.
-Tom
suele clavar sus colmillos bastante profundo.- Dije resignada. ¿Era
consciente mi hermano del daño que me hacía a veces?
-Es
una suerte que esta vez no lo haya hecho.- ¿Estaba de broma? Se
habían clavado bastante y estaba segura que a él no le había
importado. Alguna que otra vez, me replanteaba si era verdad que él
no estaba bien psicológicamente.- Su presencia es fuerte, más de lo
que alguna vez pensé.- Se pasó a la herida de mi cuello y empezó a
a limpiarla con cuidado.
-¿No
es mi presencia a la que te refieres, verdad?- Le pregunté,
sintiendo las lágrimas agolparse en mis ojos.
-No,
no es su presencia solamente.- Ella secó mis lágrimas antes de que
se escurriesen por mi cuello y estropearan su trabajo.- El cuerpo
muere pero el alma permanece.- Cerré los ojos y me dejé llevar por
esa presencia que tanto ella como yo habíamos empezado a sentir.- No
deje que nadie lo sepa, ni siquiera el Señor.- Asentí porque era
incapaz de hablar por el nudo en la garganta.
¿Por
qué ahora? Este no era el mejor momento pero esta vez protegería a
mi pequeño monst... No, a mi hijo, aunque fuese lo último que
hiciese.
MIERDA!!!!!!! JODER SI!!!!! LILITH ESTA EMBARAZADA!!!!!! SISISISISISISI!!! Me encantó el capítulo!!!! Necesito más por favor!!!! Que no le diga a nadie de su embarazo o le van a quitar a monstrito!!! :c
ResponderEliminarQueee, Quoiiiii, Waaassss, what?!! Embarazada nuevamente!!! Me alegro mucho. Tom ahora no debe unirse con la puta de Eva el hijo de Lilith debe ser su heredero. Algo me dice que Tom ya sabe del bebe...
ResponderEliminarHhahhah ya me hicieron spoileeeeeeeeeeeeeeeeeer ¡¿Por que lo comentan si saben que algunas aún la leeremos?! hahhahah TToTT
ResponderEliminarPor dios!! si mis sospechas estaban confirmadas!! Lilith se embarazo de nuevo esa ves q se escaparon, ya se veia venir!! que genial capitulo!! me encanto!!
ResponderEliminarOh mierda...Esto no me lo esperaba ni imaginaba... ¿Es de Tom no?, ¡Joder! ¡Lilith está embarazada! y ese bebé es el VERDADERO heredero, si al fin y al cabo el vínculo no está desecho, si Tom se llega a enterar espero lo proteja como nunca lo hizo con los dos anteriores...mientras tanto Lilith no hagas tonterías.
ResponderEliminarOjala Verito pase luego el siguiente capítulo, esté me ha dejado ¡PLOP!, pero me encantó, encantó, encantó y lo AMÉ <3
¡Besos! :*
por dios Lilith embarazada ho si para mi que tom ya sabe ame ese capitulo espero que lo continúen
ResponderEliminarAhora que Lilith está embarazada & sigue vinculada con Tom, ya es tiempo de que Eva muera o algo así $:.... ya quiero leer el otro capítulo!!! subí pronto PRONTO!! C:
ResponderEliminarNingún Spoiler... NADA! me muero de la intriga. Subí pronto!!!
ResponderEliminarHola, sabes esta fic esta muy cool la lei en THF espero que la sigas publicando y te invito a leer mi fic en catalinaruizficsth.blogspot.com
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